domingo, 29 de enero de 2012

A LA SOMBRA DEL GRANADO de Tariq Alí

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2 comentarios:

  1. A LA SOMBRA DEL GRANADO (Primera parte de dos)
    Mª Jesús Ortega Torres
    Me parece que dar por terminado el libro de Tariq Alí, sin pararnos un poco en alguno de sus personajes, no es lo correcto, sería “una locura” Estoy de acuerdo con ésto, que se dijo en la pasada tertulia.
    Son varios, los personajes en esta novela, que dan evidentes síntomas de locura, aunque, ¡claro!, hay muchas clases de locura, y son variopintos también los personajes que la padecen.
    No es lo mismo enloquecer de amor, que enloquecer porque tienes demasiado y sobra, en el organismo, algún neurotransmisor, como la dopamina en la esquizofrenia, por ejemplo.
    Cuando quieres volar con tus propias alas y te falta, en el organismo, el litio, la carencia de este oligoelemento, puede producir el trastorno bipolar.
    Hay múltiples factores por los que se puede optar a una enfermedad mental y tener síntomas. En ocasiones se tienen los factores y no se tienen nunca síntomas.
    Yo creo que no hay una locura pura, yo creo que tienen mucho que ver “los demás”, es decir sumamos a los factores químicos y fisiológicos, los psicosociales, ambientales, motivación y actitud en la vida, entre otros.
    En la novela de Tariq Alí, se pasa de puntillas en la locura de Juana, hija de Isabel la Católica, enamorada hasta la médula de un bizco, Felipe el Hermoso. ¿Que cómo sé yo que era bizco…? Lo he deducido porque sólo se sabía mirar su propio ombligo. Si miraba hacia otro lado se aburría…, por eso me lo imagino bizco, no me lo puedo imaginar de otra forma. En “Locos egregios” el psiquiatra español Vallejo Nájera, hizo un retrato de Doña Juana la loca y de otros personajes históricos, muy interesante y didáctico.
    Hay, además, locuras que implican a otros mundos, se ven marcianitos, siendo unas alucinaciones, que suelen aterrar a quienes las padecen, porque se creen que los persiguen y peligra su vida. Se habla con seres imaginarios. Otras veces, te crees el centro del mundo.
    Pero continuando con la hija de Isabel de Castilla, ¿quiénes estaban más locos? ¿ella, o quienes la rodeaban? Con más de seis siglos de diferencia, es difícil ser empática, pero ella, Doña Juana, tenía los síntomas y quienes asesinaban y quemaban a quienes no se convertían o eran sanadores y curanderos, eran psicópatas al igual que lo eran quienes daban las órdenes. La locura del dictador, merece atención aparte.
    Tariq nos presenta, en la novela, a otra enajenada por amor, que se enamora de un joven, culto, pero de origen muy humilde. Su hermano, que se casa con una pinche de cocina, no consiente una relación que le parece impropia, entre su hermana y el joven, no queriendo que ese amor siga.

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  2. A LA SOMBRA DEL GRANADO (Segunda parte de dos)
    Mª Jesús Ortega Torres
    Los demás callan, tal es el poder del poder. Zahara e Ibn Zaydun son descubiertos por Ama, y traicionados, y el joven tiene que huir, para salvarse de las iras de el hermano de su amada…El ser el hijo de un vendedor de higos y de una madre lavandera no le favoreció; a Zahara, que tiene que estar recluida en un manicomio cuarenta años, tampoco.
    “Cuando Dios quiere destruir a una hormiga, le permite que le crezcan las alas”, esta frase indica la libertad y supuestamente, oportunidad que da Dios, o el aniquilamiento completo de una especie de hormigas que no tienen alas, pero, mientras hay locura, no hay una función “normal” de nuestra lógica más elemental y por lo tanto no se necesita libertad. No se necesita nada más que “volver a ser”.
    Cisneros se siente asqueado cuando termina de hablar, y se va Pedro de Granada. Él sabe que todo es pura hipocresía. Él sabe que todo es una farsa por salvar la piel. ¿No es, eso, otra clase de locura…?
    Sí, lo que ocurre es que ésta y otras clases de locura, aparentemente no da síntomas. No dan unos síntomas que inhabiliten ante los hipotéticamente “normales”.
    ¿Puede una parte anómala del “ser” adueñarse del todo? Sí, porque esa parte anómala del ser, es el ser.
    De todos modos quien juzga, juzga a veces desde la ignorancia, porque cada ser, es único e intransferible, al igual, que igual. Toda una paradoja. Tampoco se puede conocer al otro si no nos conocemos a nosotros mismos.
    Las supersticiones se han dado cita siempre en las locuras y el broche de brillantes para que toque la piel de Zahara, es una muestra de ello. En Turquía se ponía clavo de olor, en las termas para paliar la agresividad en los locos
    Hay muchos personajes importantes en este libro que sería interesante analizar y que ha retratado muy bien el autor Tariq Alí.
    En “Elogio de la locura” de Erasmo de Rótterdam, se cuentan anécdotas y deducciones satíricas muy interesantes, así como en una recopilación que hace el profesor y terapeuta Jeffrey A. Kottler en su obra “Divina locura”, en la que analiza a personajes de actualidad y de gran éxito y fama internacional.

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